En cualquier certamen de estas características se puede comprobar que entre los asistentes se extiende el nerviosismo, el cansancio y un sentimiento, aunque leve, de superioridad frente al rival que nos suele llevar a la defensiva a la mínima. Para el que no lo vive quizás suene exagerado que esto pueda pasar en un concierto de pitos y tambores, pero lo cierto es que todo eso acaba desembocando en una tensión peligrosa. Es muy fácil enzarzarse en comentarios cruzados con otras bandas. Es muy fácil dejarse llevar por la provocación que incluso desde el público se recibe. Por eso, entre todas las cosas que se podrían resaltar, yo quiero felicitar a mis compañeros y gente que vino con nosotros por su profesionalidad, saber estar y, utilizando una expresión más desenfadada, "no entrar al trapo" en estas situaciones. Es cierto que al finalizar nuestra actuación hubo gente que no aplaudió, pero nosotros podemos estar orgullosos de saber que la gente que vino a vernos no negó aplausos a nadie. También es cierto que nos dijeron de todo, antes y después de la actuación, cosas sin duda influenciadas por el sentimiento de competitividad que reinaba en el ambiente, pero pude observar que todo era unidireccional. Parecía que todos nos habíamos puesto de acuerdo en sentir lo mismo, en vivir ese momento que era sólo nuestro y no seguir el juego. Por eso os quiero felicitar, porque estábamos nerviosos, estábamos cansados...y al igual que las otras bandas, habíamos trabajado mucho para llegar ahí y queríamos ganar...y a pesar de todo, incluso una vez sabido que recibíamos el primer premio, ese momento siguió siendo nuestro, arropándonos entre nosotros y no perdiendo el tiempo en hacer notar a las otras bandas que nosotros nos habíamos llevado el primer premio.
No se si nuestra actuación fue la mejor, pero si sé que el comportamiento del que hicisteis gala os hace dignos de ser felicitados.
Anónimo.
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